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Comunicado de ABIMAD

La aprobación de la eutanasia perjudicará a los ancianos y enfermos más vulnerables
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 Ante la esperable aprobación en el Congreso de los Diputados  de la admisión a trámite del proyecto de ley sobre Eutanasia y Suicidio asistido, la Asociación de Bioética de Madrid (ABIMAD) quiere llamar la atención sobre las posibles  importantes repercusiones negativas que esta nueva legislación plantea sobre la asistencia sanitaria y que en modo alguno pueden plantearse como un avance en derechos subjetivos, sino, claramente, como un retroceso en el acceso a prestaciones sanitarias, que influirán negativamente en los usuarios del sistema público de salud .

Para verificar dicha afirmación, debería considerarse básico, al margen de las ideologías, observar los informes oficiales y encuestas realizadas al personal sanitario en los pocos países europeos (Holanda, Bélgica y Luxemburgo) donde la eutanasia ha sido aprobada. La comprobación de la extensión progresiva de esta práctica ( 6.585 pacientes en 2017), las eutanasias practicadas impunemente sin contar con la voluntad del paciente, la falta de control del proceso a pesar de una legislación presumiblemente garantista, la dificultad añadida a los equipos de Salud Mental en su ya difícil tarea de asistencia a pacientes con ideaciones suicidas, que en estos casos  piden morir como un derecho, y los casos de abandono, además de la indiferencia ante el dolor ajeno que propicia la aprobación de las prácticas eutanásicas, minusvalorando la atención de los Cuidados Paliativos, han llevado a que este tipo de propuestas legislativas hayan sido rechazadas en casi todos los países democráticos de Europa. Recientemente, Francia la rechazó en 2016  y Portugal votó en su contra en 2018 al asumir que se propiciaba una situación de presión indebida e injusta sobre los pacientes ancianos y los  más vulnerables de la sociedad.

Por todo ello, la Asociación de Bioética de Madrid, buscando únicamente el interés de los enfermos, y la salvaguarda de los deberes éticos y deontológicos que deben regir la asistencia sanitaria, pide a nuestros representantes políticos que se concedan un periodo de reflexión, que se paralice esta tramitación parlamentaria y que se informe debidamente a la opinión pública sobre las consecuencias ya verificables de la aprobación de este tipo de legislaciones en otros países. Con la eutanasia perdemos todos.