Un estudio de American Journal of Bioethics demuestra que el médico norteamericano no suele pedir asesoramiento a los comités de ética asistencial (CAE). En España el profesional es también reticente.
Desde su nacimiento hace más de tres décadas, los comités de ética de los hospitales han perseguido ayudar a médicos, pacientes y familiares a resolver desacuerdos éticos y a navegar en el traicionero terreno que acompaña muchas veces la atención médica al final de la vida. En el año 2000 ya el 95 por ciento de los hospitales de Estados Unidos ofrecían asesoría ética o se encontraban en vías de crearla.
Sin embargo, un estudio que se publica en American Journal of Bioethics revela que estos hospitales se ocupan sólo de tres casos de media cada año. Además, concluye que menos de la mitad de los asesores cuentan con formación bioética y sólo uno de cada 20 dispone de una certificación o una diplomatura o licenciatura.
Tampoco existe certeza por parte de los investigadores de que la consulta verdaderamente resuelva problemas. Desgana del médico Según un artículo que se recoge en Bioethics, estos comités son infrautilizados frecuentemente, lo que contribuye a incrementar costes y disputas entre médicos, pacientes y familiares. Además, existe desgana entre los médicos para buscar ayuda cuando surgen los dilemas éticos, en parte porque subsiste la idea de que una consulta equivale a ser atrapado por la policía ética. Pero el problema, según los expertos, va más allá, pues a menudo los asesores éticos carecen de recursos, de formación o de habilidades mediadoras para resolver los problemas de manera efectiva en un breve espacio de tiempo.
Una poderosa razón de por qué los médicos no piden consejo más frecuentemente es su percepción sobre el papel de los asesores éticos, según Lainie Friedman Ross, de la Universidad de Chicago. «Raramente te dicen los asesores médicos qué hacer, pero todavía menos te ayudan a pensar en soluciones alternativas», señala. Richard Thompson autor del libro: ¿Entonces, usted pertenece a un Comité de Ética?
Arthur Caplan, director del Centro de Bioética de la Universidad de Pennsylvania, cree que los médicos piensan que sus preguntas sobre cuestiones éticas atraerían la atención de los abogados de pacientes.
La duda de muchos médicos es si merece la pena la consulta. En marzo de 2004, un estudio de The Journal of General Internal Medicine extrajo una conclusión más positiva y recogió que el 72 por ciento de los internistas aseguraron haber aprendido algo de su consulta y el 86 por ciento afirmaron que volverían a consultar. Sin embargo, una significativa minoría mostró reservas sobre la consulta ética, ya que el proceso se dilata en exceso y puede incluso empeorar el problema. «También existe un elemento de orgullo del médico que le hace no querer buscar ayuda», dice Douglas Diekema, consultor ético del un hospital infantil de Seattle.
DIARIO MÉDICO reunió a dos presidentes de CAE de centros públicos y a uno de un centro concertado para analizar la aceptación de estos comités entre los facultativos (DM del 17-X-2003). La conclusión del debate fue que el médico acude pocas veces a este órgano asesor y resuelve los conflictos con sus propios conocimientos.