El Dr. Julio Tudela afronta, Director del Observatorio de Bioética y doctor en Farmacia aborda esta cuestión.
Los fármacos hormonales que se están administrando para el bloqueo de la pubertad, ¿están autorizados para dicho uso ?
ReL Los fármacos empleados para el bloqueo puberal no están autorizados para este uso. Producen graves alteraciones en los cerebros de los adolescentes, tanto a corto como a largo plazo. Son solo algunas de las alertas que lanza el doctor Julio Tudela, de la Universidad Católica de Valencia, en una entrevista para el canal de YouTube La verdad os hará libres.
«En el proceso madurativo de un adolescente se implica todo su cuerpo, su sistema metabólico-endocrino y su sistema nervioso, es decir, su cerebro. Es una fase que está mediada por hormonas. Por tanto, los fármacos que bloquean la pubertad contrarrestan los efectos de estas hormonas y detienen la maduración en el adolescente», comienza diciendo el doctor Tudela.
No se va a las causas
Para el facultativo, el uso de este tipo de bloqueadores tiene consecuencias muy perjudiciales. «Estos fármacos no están autorizados para este uso, son fármacos que se usan en casos de pubertad precoz. Si se usan en los casos de disforia, se van a utilizar mucho más tiempo, y los efectos secundarios a largo plazo serán incalculables», advierte.
«Los tratamientos que se están utilizando provocan que muchos caracteres físicos vayan a ser modificados, no vamos a dejar que las hormonas de la pubertad hagan su trabajo. Y es, entonces, cuando aparecen los problemas metabólicos. Si bloqueamos las hormonas que están detrás de estas regulaciones, vamos a tener problemas en el futuro. La propia esterilidad de por vida es uno de ellos, afirma Tudela.
Sin embargo, el doctor cree que hay una consecuencia más importante aún si cabe. «Hoy sabemos que la conectividad cerebral, la manera en la que se conectan las neuronas de nuestro cerebro, lo que nos afianza en nuestra personalidad, nos da nuestra percepción del mundo y nos conforma en nuestro ejercicio del libre albedrío… está comandada por hormonas», explica.
«Si cuando se está desarrollando aceleradamente esta reestructuración hormonal de nuestro cerebro, que es en la pubertad, interfiero en el proceso bloqueando la acción de estas hormonas, las consecuencias para el cerebro de estas personas son incalculables», añade.
Además, el profesor Tudela recuerda que en la adolescencia siempre hay dudas en la autopercepción. «Los problemas de percepción son un proceso que requiere maduración, este proceso se termina de completar al final de la adolescencia. Si yo bloqueo el proceso de maduración adolescente, no estoy dando oportunidad a la biología del individuo. Estamos echando leña al fuego», afirma.
Sobre si son efectivos los tratamientos para bloquear los efectos de la pubertad, Tudela lo tiene claro. «La cantidad de depresiones, ansiedades, tendencias al suicidio… son mayores en estos pacientes. Nunca se corrigen las causas que originaron la disforia, sino que permanecen ahí, porque nadie entra a analizarlas», comenta.
El profesor explica que hay datos que dicen que las terapias de resignación quirúrgica empeoran la salud mental de los pacientes. Un estudio de Suecia, de 2007, asegura que un 45% de los jóvenes transexuales entre 16 y 24 años tiene tendencias suicidas, y el 26% han intentado suicidarse.
«Estos estudios se han hecho en Suecia, que es muy tolerante y donde no se da el estigma social. Cuando reducimos el estigma social y las tasas de suicidio se mantienen, ¿a qué se debe?», se pregunta Tudela.
Precisamente en Suecia, la visión que se tenía de este tipo de tratamientos ha sido rectificada. «En 2019, los suecos cambiaron por completo su posición. El principal hospital en investigación de bloqueadores ha dicho que se acabó. En Finlandia dicen ahora que se priorice las intervenciones psicológicas, como tratamiento de primera línea… mientras en España se denosta, incluso de prohibe», apunta el profesor.
Pero los casos se suceden. «En Noruega hay una comisión de salud que dice que no hay evidencia científica de seguridad y eficacia en estos tratamientos, y que hay que detenerlos. En Reino Unido, que es un país muy liberal, han dicho que los niños menores de 16 años no pueden dar su consentimiento… un poco diferente de lo que hemos aprobado aquí en España», recuerda el médico, que cita también a Francia, Australia y Canadá.
Con el tratamiento prescrito
Para Tudela, es muy importante que el médico no olvide nunca cuál es su principal tarea «La persona que sufre esto es una persona que necesita ayuda, que necesita ser escuchada, acogida, aceptada y acompañada. Los médicos debemos adoptar siempre posturas prudentes, mi intervención no puede causar nunca un daño. Y, estas intervenciones, están siendo con maleficencia y proveen daños«, asegura.
El profesor comenta que, según datos recogidos por un hospital de referencia en Cataluña, el 80% de los adolescentes que ingresan sale con el tratamiento hormonal prescrito tras la primera consulta. «Esto no es posible, nos estamos volviendo locos, esto nunca se ha permitido en la medicina, ¿por qué ahora sí? Estamos entregando tratamientos agresivos de consecuencias irreversibles», clama.
«Hay que pedir siempre consejo médico pluridisciplinar, dejarse asesorar por especialistas, investigar las causas previas. Es muy frecuente que entre los jóvenes que manifiestan la disforia se hayan sufrido abusos en la infancia, o trastornos de déficit de atención o de autismo. Si no se trata todo esto, estamos introduciendo nuevos estresores a personas que ya sufren mucho estrés», añade Tudela.
Y, otro de los elementos a tener en cuenta por padres y médicos, es el del factor ambiental. «Hoy tenemos una gran presión mimética hacia este tipo de conductas. ¿Por qué tenemos un incremento de un 5000% de casos en los últimos años? La presión de grupo que procede de redes sociales, gobiernos, entidades educativas, la OMS… quiere normalizar y medicalizar estos procesos de transición», comenta.
«Nos llegan muchos casos de psicólogos en colegios que aconsejan a los adolescentes a iniciar el proceso de transición. Esto no se puede hacer, es un error, es la manipulación de un niño, que no puede defenderse. Si a un adolescente le prometes que, si se hace no se qué, va a dejar de sufrir, el adolescente va a decir que sí», afirma el médico.
Y, aquí es cuando llega la trampa. «Cuando el adolescente dice que sí y empieza el conflicto con las familias, y el bloqueo… se siente muy satisfecho. Es en ese momento cuando se hacen los estudios. Pero, si a estas personas las seguimos en el tiempo, veremos que comenzarán a manifestarse las consecuencias negativas y que su indice de satisfacción decrece», relata.
El profesor concluye asegurando que la biología es muy clara. «El cambio de sexo no es posible, se puede cambiar el aspecto, la apariencia, el comportamiento… pero hay más 6500 genes de nuestro genoma ya identificados que se expresan de manera diferente según el sexo. La persona que se opere tendrá siempre esa presión de lo que genéticamente es», apunta.
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Tudela invita a no olvidar los intereses que hay detrás de toda esta deriva, desde los ideológicos y económicos, hasta los demográficos. «Hay intereses de manipulación demográfica, todos estos procesos conducen a la esterilidad. Hay presiones de control de la población que están detrás, y esto la OMS (Organización Mundial de la Salud) lo ha dicho sin sonrojo», expresa.
Julio Tudela es director del Observatorio de Bioética del Instituto Ciencias de la vida de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. Es doctor por la Universidad Católica de Valencia san Vicente Mártir (UCV), licenciado en Farmacia y profesor e investigador.