Determinar el estatuto del embrión humano no es una tarea fácil y me-nos cuando existen realidades y propuestas diversas en torno al mis-mo. Si bien tratar de describir qué es una persona, resulta ya complejo por las dimensiones sociales, biológicas, psicológicas y espirituales que se involucran; cuando a ello le agregamos el valor antropológico, legal, ontológico y biológico del desarrollo de la persona, se complica todavía más